domingo, 28 de junio de 2009

OTRA MUERTE MÀS

Solo la organización de Clubes Familiares Sociales deportivos salvaran en las ciudades peruanas el crecimiento de la vida viciosa de nuestra juventud. Los lideres de cada comunidad deben de exigir a los gobiernos locales y regionales, cada 30,000 habitantes una instalación de enseñanza para padres, de deporte para todos, con escuela de talentos y vida sana para toda la comunidad. El caso de Huancayo, es escalofriante la denuncia de Rúben Morales en el Correo, donde la juventud se pierde en 300 centros de drogadicción a la vista de las autoridades.

Arquitecto Luis Huarcaya
Presidente de la Federación de Paz Universal Perú

Otra muerte más

HUANCAYO Ruben Morales V.
En menos de una semana, en nuestra ciudad, dos vidas jóvenes se perdieron en las zonas donde se ubican las "chinganas de la muerte", a causa del alcohol barato que se consume en su interior y que altera el comportamiento de quienes la ingieren, ante la indiferencia de las autoridades ediles de turno, sus regidores y "expertos" funcionarios ediles.
El arquitecto Fredy Arana Velarde y quienes laboran en los municipios metropolitanos, muy bien deben recordar al distinguido profesional de la arquitectura, Luis Huarcaya, ex docente de la Facultad de Arquitectura de la UNCP y autor de los proyectos Estadio Huancayo y piscina olímpica de Santa Isabel, quien invocaba a los nuevos profesionales de la construcción y autoridades a realizar obras con proyección a la comunidad, especialmente a la niñez y juventud.
"A nuestros niños y jóvenes hay que dotarles de espacios donde puedan desarrollar sus aptitudes físicas, recreativas y culturales, en bien de su salud y la salud moral de la población", señalaba, al dirigirse a sus alumnos y autoridades; refiriéndose a promover la construcción de escenarios deportivos, teatros, centros culturales de recreación sana para que niños y jóvenes tengan todo el acceso necesario.
Agregaba Luis Huarcaya: "Debemos evitar que el lado negativo de la sociedad, las drogas, el alcohol y delincuencia nos arrebate a lo más preciado que tenemos; nuestra juventud".
Han transcurrido algunos años y las autoridades, incluyendo funcionarios que fueron sus alumnos, realizan todo lo contrario; los pocos escenarios deportivos que tenemos, si no permanecen cerrados, el ingreso a niños y jóvenes es restringido; no se propician torneos, ni se apoya al deporte y actividades culturales-artísticas en los barrios, colegios y a nivel superior.
Sin embargo, lo más abundante en nuestra Incontrastable son los antros de perdición, entre chinganas, cantinas, discotecas, chupódromos, algunas con licencias de funcionamiento y la gran mayoría con permisos obtenidos "bajo la mesa", por mil 500 soles tramitados por "distinguidos" empleados puestos al descubierto; pero protegidos por la impunidad, es una lástima.
En Huancayo, El Tambo y Chilca hay más de 300 locales que a diario malogran a nuestra juventud. Sólo en los alrededores de la Ciudad Universitaria (UNCP) hay casi 100 establecimientos, muchos de ellos con licencias de "restaurantes"; pero que en las noches son tremendos bebederos del licor barato conocido como "caliche" con el alcohol de la más baja calidad; producto de ello las peleas callejeras, escándalos, heridos y muertes lamentables.
Las autoridades y sus funcionarios conocen de sobra los locales sin licencia que malogran la salud mental de quienes concurren, pero se hacen de la vista gorda. Las clausuras son un "canto de sirena", a las pocas horas vuelven a funcionar con "arreglos" que ya lindan con la corrupción.
De otro lado, las Acciones de Amparo son otro problema. Claro, que todos tienen derecho al trabajo; pero un trabajo digno, sin atentar contra la salud y vida de la población.
¿Cuántos jóvenes más deben morir para que las autoridades ediles y judiciales actúen con mano firme?... Nuestra invocación también a los padres de familia, porque este problema social tiene su origen en muchos casos, en hogares en conflicto, sin control alguno sobre los hijos que desde los 13 años ya se inician en la bebida. El diálogo con los hijos debe ser permanente. Una vez más: No dejemos que el lado negativo de la sociedad nos arrebate a nuestros jóvenes.