viernes, 1 de noviembre de 2013

HEROINAS DEL PERU

LA HISTORIA PROHIBIDA DE LOS INKAS
KUSI HUARCAYA
Los cuatro ultimos Incas: Manco Inka, Sayri Tupac, Titu Kusi Yupanqui y Tupac Amaru III, son asesinados por los españoles y son los heroes maximos de la defensa Inka. Ninguno tiene monumentos ni reconocimientos tampoco la heroína Kusi Huarcaya
Que los motivaba.


 En el mas famoso lienzo  

de la Iglesia de la Compañía
En el Cuzco figura la pintura del casamiento
De su hija Ines con el Capitan Martin Loyola
Muy usada imágenes para uso comercial
Pocos saben que son heroes











KUSI HUARCAYA
Kusi Huarcaya es heroína en esta época y dirige la defensa del Tawantinsuyo, es descendiente de Aña Huarcaya, la esposa de Pachacutec, tiene su adoratorio en el ceque de Aña Huarcaya con sus quince huacas, la sétima huaca es también Aña Huarcaya, un cerro que esta al costado del santuario Guanacauri, en sus faldas en el Raymi de Huarachico se celebraba una maratón donde se elegía a los Chasquis. 

acuarela de apu warkay



LA HISTORIA PROHIBIDA DE LOS INCAS

Este libro, es la vida de la heroína Kusi Huarcaya una novela histórica editado su primera edición por el COLEGIO DE ARQUITECTOS DEL PERU, Se nos ha enseñado que unos valientes SUNCASAPAS (BARBONES BLANCOS) con sus caballos en pocos días nos conquistaron, el libro demuestra que fue difícil la llamada conquista y que los Incas se defendieron con sus vidas , en 40 años ,con cientos de batallas y guerrillas con héroes hasta ahora desconocidos.hay pocos libros que hablan de este genocidio, y de la heroína Kusi Huarcaya o Kusi Warkay o María Manrique, que son la misma persona. Hija de Manco Inca, Hermana y esposa del Inca Sayri Túpac, hermana de Titu Cusi Yupanqui y del decapitado Túpac Amaru (Ojo no es Túpac Amaru .Condorcanqui) de estos Incas desciende mi familia Huarcaya establecida en todos los lugares donde vivió o visito Manco Inca.


Iliana Almeida

Luchadora ecuatoriana escribió 2004 sobre la Heroína Kusi Huarcaya o Kusi Warkay finalizando dice: “Obedeciendo a una orden, el verdugo levantó el hacha y de un golpe cerceno la cabeza de Túpac Amaru. Del cuello brotó un chorro de sangre que cubrió la tarima como un manto rojo, y la hermosa cabeza rodó por el tablado.
Desafiando la ira violenta de los españoles, Kusi Warkay se había acercado a la tarima y permaneció de pié sin respirar por la agitación que le ahogaba. No pudo gritar, ni siquiera llorar, solo sentía la evidencia de los hechos consumados. Sin apartar los ojos del infame lugar vio que la cabeza era colocada sobre la picota en una esquina de la plaza por orden del Virrey para que sirviera de escarmiento a los indios rebeldes.” –


ALFONSO KLAUER
“Sin temor, lea este libro y llore de rabia y dolor y comprenderá porque hay millones de contenidas lagrimas que ahogan a millones de andinos. Y cuan gigantesca es la energía contenida en sus corazones al final dirás – Gracias Luis Huarcaya (Apu Warkay) por mostrar ese infinito Mundo de potencialidades que encierra el Perú”- ALFONSO KLAUER (Prologo del libro LA HISTORIA PROHIBIDA DE LOS INCAS A la derecha Kusi Huarcaya, con su lorito, en medio el Inca que murio envenenado Sayri Tupac, a la izquierda Tupac Amaru III (tercero según los historiadores jesuitas.) murio decapitado por orden de los Reyes de Castilla. Todo los Incas lloraron, terminó los 41 años de lucha con miles de españoles muertos con sus caballos, no esta en la historia peruana.Dicen los falsos cronistas españoles que Pizarro llego a Cajamarca y ahí termino la Conquista FALSO.
 Vendran los Incas en el INCARRI  momento que estamos pasando. Con la santa paciencia.


 Biografía

María Reiche Neumann nació el 15 de mayo de 1903 en la ciudad de Dresden, Alemania. Sus padres fueron Max Félix Reiche Grosse y Ana Elizabeth Neumann Voigt. Durante su infancia vivió junto con sus hermanos menores, Renate y Franz, en la calle Zittauer Strabe.
Llegó al Perú en 1932 para educar a los hijos del cónsul alemán en la ciudad del Cusco, y lo primero que la impresionó fue el esplendor y la belleza de los paisajes andinos. En su tiempo libre visitó diferentes pueblos del Cusco y grabó en su memoria todas las impresiones que le produjeron esos parajes llenos de historia.
En 1936 retornó a su país y un año después, a fines de 1937, volvió al Perú. Decidió establecerse en Lima, donde ofreció sus servicios como profesora de alemán. Fue contratada por la dama inglesa Amy Meredith, quien por ese entonces era dueña de un salón de té muy concurrido por intelectuales y personalidades de la sociedad limeña. Fue precisamente en este lugar donde conoció al científico norteamericano Paul Kosok.
María Reiche inició una vida dedicada al estudio e investigación de las líneas de Nazca a partir de 1946, estimulada por los estudios del arqueólogo americano Paul Kosok. La matemática, geografía y física fueron mucho de su interés, fue graduada en la Universidad de Dresden, descubrió una vocación en la que concentraría todas sus energías.

La teoría del calendario Nazca

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acuarela de Apu Warkay premiada.

. Cuando Maria Reiche llegó al Cuzco, tuvo un accidente en el que se le clavó una espina en el dedo, la cual causó que su dedo fuera amputado. Ella se sintió muy sobrecogida, varios años después, al ver que la figura del mono también tenía nueve dedos en sus manos. Esto la marcó profundamente en su afán de proteger las Líneas.
María Reiche fue una de las investigadoras que planteó que las líneas de Nazca representaban el calendario más grande del mundo. Dedicó toda su vida al estudio, a las medidas y orientaciones de los geoglifos estableciendo una relación entre ellos y la posición con respecto a los astros. Demostró que los pobladores de Nazca habían utilizado esta área astronómica para conocer cuándo empezaba cada estación, cuál era la mejor época para cosechar y cuándo se iniciaban las lluvias.

Premios

  • Condecoración de la Presidencia de la República en el grado de "Comendador" (1977).
  • Condecoración con la Orden de "Gran Oficial" de manos del Presidente del Congreso de la República (1981).
  • Las Palmas Magisteriales en el grado de "Amauta", otorgado por el Ministerio de Educación (1986).
  • La Orden en la clase de "Gran Contralor"" otorgado por la contraloría General de la República (1990).
  • La Orden del "Sol" en el grado de Gran Cruz, la condecoración más grande de la República del Perú, la Orden del Sol (1993).
  • La Orden al Mérito "Gran Cruz" (póstumo), por el Presidente del Consejo de Ministros, Javier Valle Riestra (1998).
María Reiche además recibió:
  • La Cruz Federal al Mérito primera clase de la República Federal de Alemania (1983).
  • La Orden de los sabios de los Incas.
  • Título del doctor honorario de la universidad peruana de San Marcos.
  • Cinco doctorados honoris causa.
  • Doctorado honoris causa de Ica (1983).



 Micaela Bastidas


Micaela Bastidas Puyucawa nació en Abancay (sierra sur del Perú) en 1745. Sus padres fueron Manuel Bastidas (afroperuano) y Josefa Puyucahua (indígena). A los 15 años se casó con el cacique José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II) con quien tuvo tres hijos: Hipólito, Mariano y Fernando.

En 1780 lideró, junto a su esposo, la gran rebelión anticolonial buscando terminar con el mal gobierno, las injustas reformas fiscales y los abusos contra los indios. Durante la lucha encargó de la distribución de armas y alimentos para los rebeldes. También dirigió ataques guerrilleros.

Al fracasar la sublevación fue capturada y llevada al Cusco, donde fue sentenciada a muerte. La pena se cumplió en la Plaza de Armas el 18 de mayo de 1781. Los verdugos le cortaron la lengua, la estrangularon y la remataron con patadas en su vientre. El mismo día fueron ejecutados su esposo Túpac Amaru II, su hijo Hipólito y su hermano Antonio.
Micaela Bastidas Micaela Bastidas Puyucahua (Tamburco, Abancay, 23 de junio de 1744 - Cusco, 18 de mayo de 1781) fue una valiente precursora de la independencia hispanoamericana, jugó un importante papel en la historia del Perú. Esposa y consejera de Túpac Amaru II, su desempeño tuvo vital importancia en la rebelión de Tinta. Su ejemplo de coraje y determinación al defender sus ideales de justicia y libertad hasta su trágica y despiadada muerte en mano de los españoles, la convirtieron en leyenda y símbolo de la lucha americana contra la opresión y la explotación colonial.[1]
Hija de Manuel Bastida, descendiente de africanos, y de Josefa Puyucahua (o Puyucawa), indígena, la joven Micaela era de esbelta belleza y tez bronceada, con el cabello ondulado. Por sus raíces tanto africanas como amerindias era conocida por muchos como Zamba, nombre que se daba en época colonial a las personas producto del mestizaje entre africanos e indígenas.[2]

 

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Virgen del Carmen con donantes, también conocida como Túpac Amaru II y familia.
El 25 de mayo de 1760, poco antes de cumplir 16 años, se casó con el joven mestizo descendiente de la nobleza indígena José Gabriel Condorcanqui, en la iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, en el pueblo de Surimana, lugar del curacazgo de su marido. Condorcanqui era descendiente directo por línea materna del último Inca Túpac Amaru I. En 1764 fue nombrado cacique de los territorios que le correspondían por herencia, Pampamarca, Tungasuca y Surimana, y fijaron su residencia en Tinta, localidad perteneciente a Cusco.[3]
Tuvieron tres hijos varones, Hipólito (1761), Mariano (1762) y Fernando (1768).
José Gabriel había recibido una educación privilegiada en colegios jesuitas de Lima y Cusco. Dominaba el castellano, el quechua y el latín, era un ávido lector y su interés por diversos temas le dio un nivel cultural remarcable. Poseedor de grandes extensiones de tierras y riqueza, cumplía múltiples roles en la administración de sus bienes. Como curaca debía mediar entre el corregidor y los indígenas a su cargo. Como próspero hacendado se vio afectado como el resto de la población debido a las alzas fiscales y la creación de aduanas internas. Como arriero recorría su territorio, viviendo de cerca las historias y desgracias de los trabajadores y sus duras condiciones. Como mestizo sentía que toda la injusticia con su gente lo tocaba en carne propia.[4] Realizó reclamos y solicitudes oficiales a las autoridades coloniales de Tinta, Cusco y Lima, para que los indígenas fueran liberados del trabajo obligatorio en las minas y exonerados del cumplimiento de la mita, obteniendo siempre negativas o indiferencia y comenzó a desarrollar una ideología libertaria basada en la defensa de indígenas, esclavos, criollos y mestizos, orientada a la independencia de su territorio y comercio de las decisiones de la corona de España.[5]
Micaela, en cambio, recibió en la infancia la educación elemental en letras y artes que era usual en esa época para las mujeres. Su marido fue su maestro ideológico, ella se concientizó rápidamente de la compleja situación de su gente y se involucró con la causa. Lo apoyaba firmemente, defendiendo y divulgando los postulados que harían resurgir la conciencia del derecho de los labriegos a liberar su tierra y su existencia de la mano opresora española.

La rebelión[editar · editar código]

En 1780, agotadas las vías de diálogo con los representantes de la corona española, José Gabriel Condorcanqui inicia un movimiento en contra de la dominación española. Es apoyado por curacas ligados a hacendados de Cusco unidos en contra de la nueva aduana, criollos, indios y mestizos. En ese momento adopta el nombre de Túpac Amaru II en honor de su antepasado el último Inca de Vilcabamba. El 4 de noviembre de 1780 Túpac Amaru II dio el primer grito de libertad y difundió una proclama independentista, dando comienzo a la rebelión de Túpac Amaru II. El corregidor Antonio de Arriaga fue tomado prisionero y condenado a morir en el cadalso. Los rebeldes instalaron su cuartel general en Tungasuca.[3]
Desde ese momento Micaela se convirtió en la principal consejera de Túpac Amaru II, participó en el juicio sumario contra Arriaga y asumió múltiples roles en el movimiento. Actuaba con dinamismo y persuasión, tal vez más concientizada incluso que su marido, ya que el papel de la mujer indígena era el más vilipendiado por los opresores.[6]
Los indígenas tenían prohibida la tenencia de armas de fuego, uno de los mayores problemas a los que se enfrentaron fue la obtención de armamento. Micaela fue la encargada del aprovisionamiento de las tropas, lo que incluía conseguir y distribuir dinero, alimentos, vestimentas y armas. Expedía los salvoconductos para facilitar el movimiento de quienes viajaban a través de amplios territorios. Estuvo a cargo de la retaguardia indígena, demostrando diligencia y capacidad, implementando medidas de seguridad y luchando contra el espionaje. Implementó un eficiente sistema de comunicaciones, organizando un servicio de chasquis a caballo que llevaban rápidamente información de un punto a otro del territorio rebelde.[7]
Una verdadera legión de luchadoras andinas, quechuas y aymaras trabajaron junto a Micaela en el levantamiento, realizaron estrategias y dieron apoyo a las tropas. Para ellas se trataba no solo de liberar a su pueblo de la explotación española, sino también de restablecer el rol de la mujer indígena con participación en la vida social y política, tradición que el sistema colonial intentó abolir convirtiéndolas en víctimas de todo tipo de abusos. Fueron líderes dentro del movimiento Cecilia Túpac Amaru y Tomasa Tito Condemayta, cacica de Acos, entre muchas otras.[8]
Estas mujeres participaban también en la batalla, junto a sus hijos y maridos. También lo hacía Micaela, quien con su carácter enérgico infundía aliento a Túpac Amaru desde el mismo campo de batalla. Luego del triunfo de Sangarará fue constituida jefe interino de la rebelión.[4]
El 18 de noviembre de 1780 el ejército de rebelde vencía a los españoles en la batalla de Sangarará. Túpac Amaru expidió un mensaje a los pueblos del Perú, convocando a los criollos a unirse a la causa india: “Vivamos como hermanos y congregados en un solo cuerpo. Cuidemos de la protección y conservación de los españoles; criollos, mestizos, zambos e indios por ser todos compatriotas, como nacidos en estas tierras y de un mismo origen”.[9]
En marzo de 1871 el ejército de Túpac Amaru contaba con siete mil hombres y mujeres dispuestos a pelear hasta la muerte contra la corona española, quienes proclamaron a Túpac Amaru II como Emperador de América.
En testimonios de la época es Micaela quien aparece como principal estratega a través de tareas políticas, militares y administrativas y principal consejera del líder. Con su sólida convicción, claridad de pensamiento y alta intuición, se convirtió en el sexto sentido de la rebelión.[10]

Muerte[editar · editar código]

Cuando ella aconsejaba realizar un ataque inmediato a Cusco para lograr su rendición, su marido no la escuchó y en un grave error táctico se concentró en otras villas, al tiempo que fueron delatados por un traidor. El contingente de Túpac Amaru fue rodeado y emboscado, y junto a Micaela, sus hijos Hipólito de 18 años y Fernando de 10, y varios de sus familiares fueron apresados y llevados a Cusco, donde permanecieron presos en el convento de la Compañía de Jesús convertido en cuartel militar. Fueron sometidos a interrogatorios y tormentos para poder ubicar al resto de las tropas revolucionarias, les prometían disminuir la pena si delataban a sus amigos, pero no lograron conseguir de ellos ninguna información y el 14 de mayo fueron condenados a la pena capital.[11]
La sentencia ordenaba el "descuartizamiento en vida para el jefe principal, mutilaciones y pena de muerte para los otros reos, amén de otros castigos".[12]
El 18 de mayo de 1781 fueron llevados a la Plaza de Armas del Cuzco para ser ejecutados uno a uno. A su hijo Hipólito primero le fue cortada la lengua, por haber hablado en contra de los españoles y luego fue ahorcado. Micaela y José Gabriel fueron obligados a presenciar la muerte de su hijo, y luego la hicieron subir a ella al tablado. A la vista de su esposo y de su hijo Fernando, Micaela luchó con sus verdugos, hasta que finalmente la sometieron y le cortaron la lengua, su cuello delgado no alcanzaba al torno para ahogarla, y le echaron lazos al cuello que tiraban de uno y otro lado para estrangularla, dándole garrote y terminaron de matarla a patadas en el estómago y los pechos.[13] [14]
Luego llevaron al centro de la plaza a Túpac Amaru, quien también fue sometido a una espantosa muerte. Ambos fueron desmembrados y sus partes enviadas a diferentes pueblos de la región para ser exhibidos en las plazas públicas, alertando a sus habitantes sobre las consecuencias de rebelarse.[14]

La convicción de los ideales de justicia y libertad de Micaela defendidos hasta la muerte, unida a su familia y luchando junto a su gente, convirtió su historia en leyenda e inspiración para la gesta independentista de América Latina. Siglo XIX –

 

 

Dora Mayer

Breve Biografía de Dora Mayer

Dora Mayer nació en Hamburgo, Alemania, en 1868. Periodista, escritora, luchadora social y activista indigenista peruana. Su familia llegó a Perú cuando ella tenía cinco años y vivió en el puerto de El Callao, en una casa frente al mar.

Nunca asistió al colegio, pero recibió una esmerada y austera educación moral luterana de sus padres: Dora sabía varios idiomas, música de Mozart y muchas lecturas, como las de Charles Dickens (1812-1870), que la impactaron por su alegato social contra los abusos y las injusticias de la Inglaterra victoriana.

En 1900 se inició en el periodismo, publicando artículos en varios diarios de la ciudad, principalmente en El Comercio, con el que colaboró durante más de cuarenta años. Dora abordaba una diversidad de temas, sobre todo poniendo de manifiesto su preocupación por la situación de la mujer en la sociedad. Particípó como delegada del Perú, en el Primer Congreso Femenino Internacional que se realizó en 1910, en la ciudad de Buenos Aires.

En los primeros años del siglo XX imperaba en el Perú una clase dominante que regía los destinos del país, marginando a los indígenas, negros, mestizos e inmigrantes chinos. El interés de algunos intelectuales por esta exclusión y el abuso de que eran víctimas, fue el comienzo del movimiento de redención indiana, más tarde conocido como "indigenista". Dora Mayer fue cofundadora en 1909 de la Asociación Pro-Indígena, junto al catedrático Joaquín Capelo (1852-1925) y liderada por otro activista, el filósofo, hijo de padre chino Pedro Zulen (1889-1925).

Dora dirigió y financió la redacción del periódico "El Deber Pro-Indígena", que tuvo existencia desde 1909 a 1915. Con fuerte espíritu humanista y filantrópico se consagró con todas sus fuerzas a la cruzada indigenista. Estaba convencida que sólo a través de la educación se podía liberar a los grupos o
primidos; anhelaba junto a sus compañeros de la Asociación, que los indígenas mismos lucharan por su emancipación y supieran bastarse por sí solos.

En 1919 la Asociación cambió su nombre por el de Comité Central Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo y Dora participó en los Congresos Indígenas que a partir de 1923 organizó dicha asociación.

En 1919 Augusto Leguía (1863-1932) se apoderó del poder y dio la impresión que era partidario del indigenismo, al crear el "Día del Indio". Pero muchos gamonales(= terratenientes y hacendados) se oponían y con calumnias e intrigas, lograron que el gobierno de Leguía, en 1927, disolviera y prohibiera la Pro-Derecho Indígena. Fue así como después de haber sido legalmente reconocida, terminó siendo una organización proscripta e ilegal.

Dora también colaboró en la revista literaria Amauta(=maestro en quechua) que en 1926, fundó el socialista José Carlos Mariátegui (1895-1930). Esta publicación congregó a los más destacados intelectuales de la época y tuvo alcance internacional; fue difusora de las nuevas corrientes de pensamiento europeo en el Perú y también del indigenismo.

Dora Mayer, mujer inteligente, intelectual, gran activista, publicó artículos, boletines y numerosos libros de sociología, de crítica literaria y de carácter filosófico, donde exponía su denuncia sobre las agresiones a los indígenas en la sierra peruana y sobre las reivindicaciones de los trabajadores.

Entre sus libros se encuentran: "Estudios Sociológicos", "El objeto de la Legislación", "El Oncenio de Leguía", "La guerra y Nosotros", "Por la Paz del Mundo", etc.

Dora Mayer murió en 1959, a los 91 años de edad.
Una mujer notable que destacó por su valentía y heroísmo, sacrificando su vida por la libertad de la patria.






MARIA PARADO DE BELLIDO
Heroína de la Independencia




María Parado de Bellido nació en Huamanga, Ayacucho, el 5 de julio de 1777.

Sus padres fueron don Fernando Parado, criollo residente en esa ciudad y una humilde indígena.

Creció en las alturas de Huamanga sin recibir instrucción.

A la edad de 15 años contrajo matrimonio con don Mariano Bellido, hombre dedicado a los negocios entre Huamanga, Cusco y La Paz; formando una familia unida y feliz con los siete hijos que tuvieron: Gregoria, Andrea, Mariano, Tomás, María, Leandra y Bartola.

Con la llegada al Perú de la fuerza multinacional independentista, las tropas realistas se replegaron hacia el interior del país. En la ciudad de Huamanga, el general Carratalá había establecido una plaza fuerte pero ésto no impidió la formación continua de fuerzas patriotas, una de las cuales se hallaba en el distrito de Parás, perteneciente a la provincia de Cangallo, a órdenes de Cayetano Quiroz.

A estas fuerzas guerrilleras se suma el esposo de María Parado, don Mariano Bellido, desempeñándose como receptor de correos.

A su vez, su hijo Tomás, se unió al grupo patriota que comandaba el general Arenales, a su paso por Huamanga en 1820.

Luego de un año sin tener noticias de su hijo y deseosa de evitarle peligros a éste, María envió a sus hijas Gregoria y Andrea al pueblo de Cangallo con la misión de rescatarlo, enviando para tal caso 500 pesos al jefe de la guarnición.

El jefe Quiroz no tuvo inconveniente en devolver el hijo a la madre, pero antes llamó a éste a su presencia para comunicarle la petición de María Parado. Tomás Bellido, con gesto patriótico, se negó a volver al hogar antes de ver triunfante la bandera de la libertad y aconsejó a su jefe la aceptación del dinero para el servicio de la causa.

Al saber la actitud de su hijo, la Bellido, admirada y entusiasmada, trabajó desde ese día en favor de la causa libertadora. De esta forma, comenzó a informar al ejército patriota de los desplazamientos y podería bélico realistas, por medio de cartas a su esposo. Como era analfabeta, sólo firmaba las cartas que dictaba a don Matías La Madrid, su compadre y secretario de la intendencia de Huamanga. De este modo ayudó a los patriotas a planificar mejor sus ataques, causando la desesperación de los realistas.

Es así que en un enfrentamiento entre patriotas y realistas, al revisar las ropas de un patriota caído, los soldados españoles encontraron una carta dirigida desde Huamanga, donde se daba cuenta de secretos militares de los realistas.

Se determinó que la autora de la carta era María Parado de Bellido, razón por la cual el 24 de marzo de 1822 es apresada y presentada ante el general Carratalá.

Fue sometida a las más inhumanas torturas. Como la letra de la carta era diferente de la firma, Carratalá quiso descubrir quién era el redactor y ofreció salvarle la vida a María, si delataba a sus cómplices y revelaba los secretos de los insurgentes, pero esta valerosa mujer se negó a tan ruin acción y escogió la muerte, sabiendo que con ella dejaba en la orfandad a sus menores hijos.

Ante su mutismo, fue condenada a enfrentar un pelotón de fusilamiento, programando su ejecución en La Pampa del Arco.

Fusilamiento de María Parado de Bellido 

Para trasladarse al lugar donde debía efectuarse su sacrificio, la obligaron a dar una vuelta a la plaza principal, en donde en cada esquina, un emisario leía en voz alta, la orden de muerte por alta traición. Más esta inigualable mujer, no se alteró en ningún momento, y dirigiéndose altivamente a sus verdugos les decía: "No estoy aquí para informarles a ustedes, sino para sacrificarme por la causa de la libertad".

María Parado de Bellido fue fusilada en la Plaza de Armas de Ayacucho, el 27 de marzo de 1822, su cadáver fue trasladado al templo de La Merced, donde se le dio sepultura.


apu warkay 

1 comentario:

  1. CINCO HEROINAS CONOZACA SU SACRIFICIO POR GUSTO EL PERU SIGUE IGUAL QUE EN EL VIRREINATO, PERSIGUIENDO A LOS INDIGENAS.
    DORA MAYER, MARIA PARADO DE BELLIDO, MARIA REICHI, KUSI HUARCAYA Y MICAELA BASTIDAS.

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